Animación a la lectura - Recursos

Cuentos interactivos, pensado para estimular el gusto por la lectura para niños de 3 a 6 años (Iván y Navi) y de 6 a 8 años (el mundo al revés)


Sitio del CEP  de Córdoba dónde se pueden desacargar fichas y actividades de libros.

Enlace al blog de la BIBLIOTECA PUERTA DE DON SANCHO, de Zaragoza. Tiene enlaces para cuentos interactivos, juegos de ortografía y gramática, videocuentos y comentarios sobre novedades en cuentos


Nuestros escritores


ANA Mª LORENZO autora de John, Sofía y los bichminimatic                

Ana nació el

John, Sofía y los bichminimatic

Hace 2000 años en un país muy lejano vivía John y su novia Sofía. Los dos enamorados conocieron a unos bichitos muy pequeños llamados bichminimatic.

Los bichminimatic eran solo tres bichitos que vivían debajo de la cama de la preciosa y gran habitación de los novios. Los bichminimatic eran muy buenos amigos de los chicos y cuando Sofía preparaba algo de comer los primeros que acudían a la mesa eran los pequeños bichos. Un día, a Sofía se le ocurrió hacer una comida jamás vista para los bichitos. Cuando Sofía terminó su comida preparada con: menta, hierbabuena, 1 cáscara de limón, media cáscara de naranja, 3 semillas de geranio y 4 caracoles, los bichitos no fueron los primeros que acudieron a la mesa, al contrario, fue John con su tripa vacía y hambriento. Le sirvió su novia aquel potingue de caracoles en su plato y John empezó a comer con mucha ansiedad aquel plato de de comida. Pasados 3 días John y Sofía estaban muy preocupados por sus amigos: los bichitos no aparecían ni para comerse su sopa favorita. Entonces Sofía exclamó:

-¿Por qué no miramos debajo de nuestra cama?

Y John le contestó:

-Vamos, ¿a qué esperamos?, ¿vamos a quedarnos mirando mientras nuestros amigos están por ahí perdidos?

John y Sofía continuaron su búsqueda.

Al fin John oyó un mini matico ruido, se asomó debajo de su cama y vio a los bicminimatic que no eran tres sino trescientos. John al verlos se echó las manos a la cabeza y dijo:

-Haremos un pequeño agujero en la pared, cortaremos una camiseta vieja y dormiréis y viviréis ahí.

Pasados 4 años los bichminimatic y los novios eran los mejores amigos de todo el país.

FIN


ABEL SÁNCHEZ , que no Sanchez, es el autor del cuento "La piedra X100"

LA PIEDRA X1OO

 

Nicolás se acercó una vez más a su madre, y por milésima vez, le dijo:

- Mamá ¿Cuándo podré tener un gato?

- Ya te he dicho, que cuando seas lo suficientemente responsable como para cuidarlo tú mismo, y creo que eso no pasará nunca

Esto decía mucho de Nico, su madre pensaba que nunca sería capaz de hacerse cargo de sus cosas.

Un día saliendo del colegio Nico iba mirando al suelo muy pensativo, cuando ¡CARAMBA! ¿Qué era aquello?, se agachó y cogió una esférica piedra de los colores del Arco Iris y con una extraña inscripción: x100.

Cuando llegó a casa, su madre le revisó la mochila y entonces pensó:

-Ojalá que mi madre no vea el examen

Su madre tras mirar la mochila se acercó a Nico y dándole un golpecito en la cabeza le dijo:

-Muy bien, todo correcto

Nico con los ojos como platos, pensó que algo raro había sucedido y asomándose a la cartera descubrió la extraña piedra, la observó durante un momento y le dio varias vueltas en la mano, sin darle importancia se la guardó en el bolsillo y se fue hacia la cocina a pedirle el bocadillo a su madre

- Mamá ¿Qué hay de mi gato?

- Nico te he dicho mil veces que no quiero gatos en esta casa

Muy enfurruñado dijo:

-¡Pues yo quiero los tres gatos de María!

Y entonces sucedió lo inesperado, cientos de gatos empezaron a aparecer en la cocina, debajo de los muebles, en la encimera, en el lavavajillas, el fregadero lleno de gatos porque…. no eran tres si no trescientos los gatos que aparecieron allí mismo, su madre cayó al suelo del susto y Nico abrió la ventana deprisa y los gatos empezaron a salir por ella. Tras ayudar a su madre a recuperarse y tras mil explicaciones la, que se había dado con la puerta en la cabeza, se metió la mano en el bolsillo y pensó que a partir de ese momento su vida iba a ser muy fácil, y eso que su madre pensaba que no iba a ser nadie en la vida.

¡SI ELLA SUPIERA!

ABÉL SÁNCHEZ

NATALIA MARTÍNEZ cumple años el

El gran cocinero

 

Había una vez un niño de ocho años que tenía un gran sueño. Quería ser un gran, gran, gran cocinero como los que veía en la televisión. Ese niño se llamaba Tomy. Era un niño con carácter, alto, de pelo rubio y muy buen estudiante. A los diecinueve años, Tomy se graduó como ``chef´´. A los veintitrés años consiguió su primer trabajo como camarero. Tomy sabía que no era lo que él quería, pero como se acercaba a su profesión deseada, se conformó.

Tomy, año tras año, se daba cuenta que su sueño se estaba desvaneciendo y se daba cuenta de que debía hacer algo inmediatamente o que si no su sueño se haría añicos.

El cocinero del restaurante, se llamaba Luigi. Tenía una gran afición por la comida, era de pelo castaño y de un estilo singular. Era uno de los mejores amigos de Tomy, sobre todo, porque tenían la misma edad. Les encantaba inventar recetas nuevas y probarlas.

Un día, probando algunos platos, a Tomy y a Luigi se le cayeron algunas especias, que no voy a nombrar porque si no, no sería una sopa muy especial. Bueno, volvamos al caso, lo que pasó, fue que al probarla vieron que sabía a gloria. Uno de los pinches, era muy envidioso así que, cogió la sopa cuando no estaban mirando y se la daba a probar a todos los que se encontraba y hasta consiguió una entrevista en un programa de la televisión. Pero su suerte cambió cuando en el programa le pidieron que hiciera la sopa ante todos los espectadores, pero como todos sabemos ya, no era su receta pues no sabía hacerla.

Tomy y Luigi, que estaban viendo deprimidos el programa, decidieron ir al plató para desvelar el secreto de que la sopa no era del pinche si no que era de ellos.

Cuando se descubrió todo, pensaban que al restaurante no iría nadie, como siempre, pero al llegar la hora de abrir…

 

¡NO ERAN TRES SINO TRESCIENTOS! Los clientes entraban al montón.

Luigi se puso nervioso y se paralizó. Tomy, al ver lo que ocurría en la cocina, llamó a un amigo suyo para que hiciese de camarero y él pudiese ayudar a Luigi. Entonces la cocina se puso en marcha y al terminar el día, el jefe del restaurante, ascendió a Tomy a cocinero jefe.

Por fin, los dos amigos estaban juntos en la cocina y el gran, gran, gran sueño de Tomy se hizo realidad para terminar esta historia.

 

FIN

Oscar varea

Los raperos orgullosos

 

Había dos chavales llamados: Porta y Chus, que su sueño era ser raperos. Había también otro rapero llamado: Emsi, que era un ratero, un tramposo, le daba igual a quién se llevara por delante, siempre quería ganar.

Un buen día llegó el Finish Him, el mayor concurso de raperos. Esperaban con ansia el concurso. Porta y Chus pasaron las eliminatorias y, como era de esperar, Emsí pasó también, pero sobornó a los jueces con un puñado de monedas. Porta y Chus se extrañaron porque ellos no sabían que Emsí era un tramposo. Porta le dijo a Chus:

- Vamos a investigar a Emsí.

A lo que Chus le respondió:

- Está bien.

Se fueron a ver qué hacia Emsí en su turno y le vieron sobornando a los Jueces. Quedaron petrificados al ver las imágenes de Emsí sobornándoles.

Dijo Porta:

-Ya me parecía a mí porque Emsí canta realmente mal.

Dijo Chus:

-No te preocupes Porta, ganaremos el Finish Him.

Estuvieron ganando las clasificatorias. Hasta que llegó la final. Allí estaban Porta, Chus y Emsí. Primero Emsí, no se oyeron casi aplausos por parte del público. Porta pensaba que no iban ganar y así fue, pero no ganaron por culpa del soborno. Porta se vino abajo. Menos mal que allí estaba Chus, su querido amigo.

Porta le dijo a Chus:

-No hemos ganado.

Y Chus le respondió:

-¿Y qué?, eso no importa

Porta saltó y le dijo:

- Al menos podrían haber aplaudido más de tres personas ¿no?

Y Chus le respondió con toda la paciencia del mundo:

- Porta, el impacto del soborno de Emsi te ha jugado malas pasadas, no eran

tres sino trescientos.

ÓSCAR VAREA.


LOS DIEZ DERECHOS DEL LECTOR

Por el escritor francés Daniel Pennac e ilustrado por Quentin Blake